sábado, 6 de julio de 2019

De como derivó el Socialismo Revolucionario en Totalitarismo Reaccionario (De Ángeles a Demonios). Lenín, Martov y la Revolución Rusa.

Lenín y Martov 

Parece mentira que los candidatos a Ángeles se convirtieran en Demonios. Pero la historia del socialismo revolucionario, de la izquierda totalitaria, es la historia de esta conversión.

A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX cuando surge el Partido Socialista en el imperio Ruso, el PSODR (Partido Socialista Obrero de Rusia). Martov y Lenín eran dos líderes respetados que se habían formado conjuntamente en las luchas. Ambos en el exilio se acompañaron para desarrollar proyectos políticos que enfrentaban al Imperio Zarista.

Se enfrentaban a un gobierno de poder absoluto,  monopolizado por los zares y su corte, que justificaban el poder absoluto a través del poder divino de los reyes, que dios a través del clero depositaba en ellos.

Era fines del siglo 19 cuando Dios había muerto y el ciudadano se levantaba como un igual contra el rey y su corte.

Martov en el exilio siempre pensó que Lenín era un compañero de lucha ideal, pero en la medida que se iba estructurando un movimiento que requería de organización política, empezaron a surgir diferencias, que inicialmente se veían triviales pero que al final resultaron tan grandes como las que hay entre el cielo y el infierno.

El problema a resolver era la Naturaleza del Partido, algo que como veremos a continuación seria vital para construir en el futuro lo que serian los totalitarismos de izquierda en el mundo, regímenes tan criminales y perversos como el mismo nazismo, pero que por casualidades históricas aún siguen siendo respetados y por tanto mal percibidos.

Mientras Martov tenia la visión de un partido democrático, que debía ser reflejo de la sociedad, donde el militante del partido podría ser el zapatero, el campesino, el soldado, o el dueño de fábrica, prevaleciendo en su visión la idea de democracia y participación ciudadana; Lenín al contrario veía al partido como una vanguardia, una élite, tal cual como lo fueron en su tiempo los divinos reyes y sus cortes, donde el militante no podía ser cualquiera, sino un profesional, que le dedicara las 24 horas del día al partido. Creía que el partido tenía que tener una dirección vertical, tipo militar, muy centralizada y con fuerte disciplina.

Considerando las Tesis de la Dictadura del Proletariado soportada en la lucha de clases, una ideología de base ultimista y de verdad absoluta: el marxismo,  y un partido ferreamente centralizado conformado por militantes profesionales, es fácil hoy inducir que se iría por el camino de vuelta al poder absoluto, a un gobierno de zares disfrazados de otra cosa. En ese tiempo no era posible ver al rey desnudo. No era posible ver que el revolucionario era contrarrevolucionario y el revisionista era revolucionario.

La visión de Martov no era anarquista, pero tenía una visión democrática, y no concebía un estado tan poderoso, centralista y autoritario como la pretendida por Lenin. Eran dos visiones muy distintas, un choque de trenes se avizoraba.

La visión de Lenin, a la larga resultó ser una visión reaccionaria, que se ocultaba en una posición radical y violenta, la misma que ha distinguido desde entonces al totalitarismo de izquierda.

Lenín decía "el partido debe ser sólo el destacamento de vanguardia, el dirigente de la inmensa masa de la clase obrera, que actúa toda ella (o casi toda) "bajo el control y la dirección" de las organizaciones del partido, pero que en su conjunto no pertenece ni puede pertenecer al Partido”

Era la visión del Poder Absoluto que acababa de ser derrotada con la Revolución Francesa y un poco antes por la Revolución Inglesa. Dios había muerto y los reyes habían caído, pero Lenín ya empezaba a levantar el nuevo dios que impondría en el poder por gracia divina (la ideología totalitaria comunista del partido único y la dictadura del proletariado) a los dictadores de la izquierda totalitaria.

Al final Lenín se impuso a Martov, con el apoyo de la veleta que fue Trostky, un hombre que al principio no tenía espíritu totalitario, pero que le atraía la violencia y el empuje de los mismos. Al principio Trostky apoyaba a Martov pero al final le dio la espalda y se fue con Lenín. Años después el partido totalitario leninista internacionalista, controlado por Stalin, lo condenaría a muerte, y lo asesinaría finalmente en Ciudad de México.

Hay que recordar que los bolcheviques no tomaron el poder de los zares, sino  que tomaron el poder de un gobierno democrático, progresista, incluso de izquierda. Los bolcheviques actuaron contra los reales revolucionarios e impusieron de nuevo el poder absoluto de los reyes, impusieron una contra revolución, un zarismo sin zares.

Los bolcheviques, como hoy lo hace la Dictadura Chavista en Venezuela, reprimían salvájemente a la vez que llamaban al diálogo falso, solo usado para ganar tiempo y desgastar al opositor. Léase la historia de la revolución rusa hasta la muerte de Lenín y compruébelo.

Martov siempre fue engañado por los bolcheviques, que luego de una persecución, un encarcelamiento,  le pedían dialogo. Siempre esperó que el ala democrática bolchevique ayudara a cambiar el rumbo de represión y terror. Nunca sucedió, pero se ahorro ver los horrores de los años 30. Murió en los años 20, en el exilio, de tuberculosis. Les recomiendo leer su biografía.

Cuentan que en los últimos días de la vida de Lenín, que también estaba muriendo, estuvo preguntando constantemente por Martov, tal vez recordando los días de los comienzos cuando los dos construyeron el periódico Izkra (La Chispa). Dicen que Lenín tenía buen corazón porque los bolcheviques le proporcionaron a Martov la ayuda económica necesaria en sus últimos días. Sin embargo, ese corazón fue muy estrecho cuando lo perseguía, lo reprimía y lo encarcelaba. Todo hombre ama, odia, tiene misericordia y solidaridad con los cercanos. No es extraño por tanto esa ayuda. Pero el peor daño que dejo Lenín fue el Kit Totalitario que luego se difundiría en todo el mundo con violencia, dolor, sangre y falta de libertad. 

Otra piedra mas, muy actual, para la construcción del totalitarismo la puso el italiano Gramcsi, cuyo mérito filosófico fue indicar que había que seguir el ejemplo de la iglesia católica e inculcar al pueblo los valores comunistas, totalitarios, como si fuese una religión. El lavado de cerebro vestido de filosofía revolucionaria.

La visión leninista del partido contribuyó también a que la principal característica de los revolucionarios socialistas: la crítica, desapareciera, y prepararon el camino a lo que seria una de las dictaduras más brutales de la historia, como fue la de STALIN que como Cronos devoró a la dirigencia del partido y aletargó para siempre la crítica revolucionaria.

Las purgas de los 30, el horror que no vio Martov, ahora iba contra los propios dirigentes y militantes bolcheviques que Stalin consideraba un peligro para su poder. Se dice en pocas palabras, pero fue terrible
Durante la Gran Purga, fueron ejecutados casi todos los bolcheviques que habían tenido una función importante en la Revolución de Octubre o en el gobierno de Lenin. 
  • De los 8 miembros del Politburó original (3 suplentes), sólo Stalin y Kalinin sobrevivieron, cuatro fueron ejecutados (Kamenev, Zinoviev, Krestinski, Bujarin) y Trotsky fue asesinado en su exilio en México en 1940.
  • De los 8 miembros del Politburó de Lenin, cuatro fueron ejecutados, Mijaíl Tomsky se suicidó, mientras que Stalin, Molotov y Mijaíl Kalinin continuaron viviendo. 
  • De los 1.966 delegados del XVII Congreso del Partido Comunista celebrado en 1934, 1.108 fueron arrestados y casi todos murieron ejecutados o en prisión, tras sufrir dentro el trato brutal habitual.
En el ejército rojo, que había defendido éxitosamente la revolución soviética, Stalin también ejerció la lucha contra el enemigo interno, juzgando y condenando:

  • En total, a 3 de los 5 mariscales. 
  • A 13 de los 15 comandantes de ejércitos.
  • A 8 de los 9 almirantes. 
  • A 50 de los 57 generales de los cuerpos de ejército. 
  • A 154 de los 186 generales de división.
  • Todos los comisarios del ejército y 25 de los 28 comisarios de los cuerpos del ejército de la Unión Soviética fueron juzgados y condenados.

Pero el destino ha sido benevolente con el totalitarismo de izquierda. Hitler con su maldad, con su enfrentamiento y su derrota en manos de ese otro demonio totalitario, limpió, sin querer, los crímenes del totalitarismo de la izquierda Stalinista. Como hemos dicho antes, un régimen tan criminal como el nazi. Esa tal vez sea la peor secuela dejada por la II Guerra Mundial. Como consecuencia de ello: Stalin, Mao, Fidel Castro, el Khmer Rouge, Kim Il Sung,  Maduro,... han llenado de sangre, violencia y maldad la historia del hombre.

Hoy el chavismo en Venezuela comete los mismos crímenes contra una población desvalida, ya más al descubierto por razones de tecnología, redes sociales, internet y globalización. Ya no pueden ocultar la maldad como lo hacían en la era pre internet. Sin embargo, lamentablemente hoy a pesar de ello la izquierda "progresista" europea ha sido cómplice de estos criminales, y peor aún la Unión Europea le ha tendido la mano a la dictadura para sostenerla en el poder. Triste el papel de Europa que no aprende de su pasado y de su historia.

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