sábado, 24 de agosto de 2013

El totalitarismo no es sólo el infierno, sino también el sueño del paraíso


Una prosa que me enamoro, desde la primera vez fue la de Milan Kundera, me apasionan sus libros. Ahora descubro que sus ideas sobre el totalitarismo, que vivió en carne propia en su Checoslovaquia natal, me ayudan a sobrellevar los vaivenes de la vida.

En una entrevista de 1985 realizada por el escritor estadounidense Phillip Roth a Milan Kundera se toco de una manera excelente, condensada y poética lo que es la esencia del totalitarismo de izquierda.

"El totalitarismo no es sólo el infierno, sino también el sueño del paraíso: el antiquísimo sueño de un mundo en que todos vivimos en armonía, unidos en una sola voluntad y una sola fe comunes, sin guardarnos ningún secreto unos a otros. También Breton soñaba con este paraíso cuando se refería a la casa de cristal en que ansiaba vivir. Si el totalitarismo no hubiera explotado estos arquetipos, que todos llevamos en lo más profundo y que están profundamente arraigados en todas las religiones, nunca habría atraído a tanta gente, sobre todo durante las fases iniciales de su existencia. No obstante, el sueño del paraíso, tan pronto como se pone en marcha hacia su realización, empieza a tropezar con personas que le estorban, y los regidores del paraíso no tienen más remedio que edificar un pequeño gulag al costado del Edén. Con el transcurso del tiempo, el gulag va creciendo en tamaño y perfección, mientras el paraíso se hace cada vez más pobre y pequeño."

" Totalitarianism is not only hell, but also the dream of paradise--the age old drama of a world where everybody would live in harmony, united by a single common will and faith, without secrets from one another. Andrè Breton, too, dreamed of this paradise when he talked about the glass house in which he longed to live. If totalitarianism did not exploit these archetypes, which are deep inside us all and rooted deep in all religions, it could never attract so many people, especially during the early phases of its existence. Once the dream of paradise starts to turn into reality, however, here and there people begin to crop up who stand in its way, and so the rulers of paradise must build a little gulag on the side of Eden. In the course of time this gulag grows ever bigger and more perfect, while the adjoining paradise gets ever smaller and poorer."


El totalitarismo de izquierda te promete esa sociedad perfecta, tan bella, tan solidaria, llena de paz y armonía, que muchos piensan que bien vale el sacrificio que hacemos ahora por ese mañana precioso y amable que nos espera. Pero ese sacrificio como lo vemos en Venezuela, en Cuba, se va extendiendo con el tiempo, y no solo es eso, como Kundera señala, se van creando celadores, vigilantes de que se mantenga la ruta del proceso revolucionario, los que se alejan de la ruta son señalados, marcados como traidores, apátridas, vetados en trabajo y cariño, perseguidos, y en los regímenes más terribles asesinados.

Luego a otra pregunta del Roth, Kundera se refiere a ese atractivo que tiene el Sueño del Paraíso para justificar y apoyar decisiones terribles

"Después de la guerra, Éluard abandonó las filas del surrealismo para convertirse en el mayor exponente de lo que podríamos llamar “poesía del totalitarismo”. Cantó la fraternidad, la paz, la justicia, el mañana mejor, la camaradería, en contra del aislamiento, a favor de la alegría y en contra del pesimismo, a favor de la inocencia y en contra del cinismo. Cuando, en 1950, los dirigentes del paraíso sentenciaron a un amigo suyo, el surrealista Závis Kalandra, a morir en la horca, Éluard no se permitió ningún sentimiento de amistad: se puso al servicio de los ideales supra personales, declarando en público su conformidad con la ejecución de su camarada. El verdugo matando, el poeta cantando. Y no sólo el poeta. Todo el período del terror estalinista fue un delirio lírico colectivo. Es algo que ya está completamente olvidado, pero resulta de crucial importancia para entender el caso. A la gente le encanta decir: qué bonita es la revolución; lo único malo de ella es el terror que engendra. Pero no es verdad. El mal está presente ya en lo hermoso, el infierno ya está contenido en el sueño del paraíso; y si queremos comprender la esencia del infierno, hemos de analizar también la esencia del paraíso en que tiene origen. Es extremadamente fácil condenar los gulags, pero rechazar la poesía totalitaria que conduce al gulag, pasando por el paraíso, sigue siendo tan difícil como siempre. Hoy, no hay en el mundo nadie que no rechace de modo inequívoco la noción del gulag, pero todavía hay mucha gente que se deja hipnotizar por la poesía totalitaria y se pone en marcha hacia nuevos gulags al son de la misma canción lírica que entonaba Éluard"  

Aquí Kundera muestra algo terrible que pasa cuando las sociedades están en crisis y personalidades, intelectuales, poetas, músicos, filósofos, y un largo etcétera tienen que tomar posición sobre temas cruciales, algunos los ciega el SUEÑO DEL PARAISO, como a Eluard que acepta y apoya un asesinato político. Igual sucedió con el famoso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros quien no solo acepta sino que participa en el intento de asesinato de Trotsky en Ciudad de México. Siqueiros un hombre que supuestamente busca la libertad, la igualdad y la armonía comunista emprende un asesinato no por el bien que el totalitarismo da en el presente sino por el Sueño del Paraíso que ofrece, paraíso que nunca llega y que hace del Mientras Tanto un Infierno Infinito. Lo terrible del sueño de las ideologías es que tienen el poder de enceguecer gente buena y hacerlos cometer, justificados por ese sueño, horribles acciones: asesinatos, encarcelamientos, persecuciones, vetos, y borrar a los que disienten, ya no serán ciudadanos sino "apátridas, agentes del imperio, infieles, herejes, y traidores". 

Una pregunta importante que tiene que responder nuestra sociedad es como enfrentar ese señuelo que hace que gente buena, indiferente, o normal con sus virtudes y vicios, se conviertan en parte del engranaje totalitario como se muestra en la película Good de 2008 dirigida por Vicente Amorin y la actuación de Viggo Mortensen. 

Tzevetan Todorov también revisa el totalitarismo vivido en carne propia en sus libros, como en "Memoria del mal, tentación del bien", del que me quedo con una frase: Hay que reconocer el mal del que son capaces los seres humanos al tiempo que afirmamos la posibilidad del bien, sin caer en la tentación de imponerlo por la fuerza.

Termino con Camus, el intelectual que se atrevió a estar a contracorriente en su época solo armado con sus convicciones y su amor al hombre: Hay que tener  la capacidad de compasión y rechazar la justificación de la persecución de otros por el sueño de una ideología.  Nunca debe haber ideologías por encima del hombre.

Venancio Loval
 

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