Ayer miraba una entrevista del 2006 entre Arturo Pérez Reverte y Joaquín Sabina, se preguntaban entre ellos que era lo que más desprecian, lo que consideraban que hacía más daño.
El escritor comentaba que al principio el pensaba que lo peor era La Maldad, la maldad de los hombres, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que lo mas peligroso es La Estupidez. Con el Perverso se puede negociar, comprarlo, derrotarlo,... pero el Estúpido no. Pensándolo bien, y esto lo escribo yo, los malvados se apoyan en estúpidos para imponer su mal, los malvados sin estúpidos podrían ser derrotados. Un estúpido con poder ocasiona desgracias, matanzas, miseria,..
El cantante replicó sonriendo que le había quitado la respuesta, porque también para el La Estupidez era lo más despreciable, luego menciona El Sectarismo y La Autoestima (como ocultamiento de la incapacidad y la mediocridad) como otros peligros.
En nuestro caso, después de 20 años de vivir esta dictadura destructora, corrupta e infame creo que podríamos hacer un ejercicio.
Ciertamente La Estupidez de la gente hace mucho daño, esa estupidez se concreta en aquellos que perdieron todo, que son honestos en el sentido de no robar, no adular, pero que aún inexplicablemente defienden la dictadura. ¿Cómo convences a un fanático? Casualmente esos mismos días tuve un debate con un twittero mexicano que encarna la Estupidez a la perfección, esa estupidez que anhelan los totalitarismos. Un ser que dice que Lenin no asesinó a nadie, que Stalin era malo pero que había democracia en el partido, que en Venezuela, a pesar de mis explicaciones, hay libertad, que un dólar en Venezuela es mucho más que un dólar en México, que el imperio es culpable de todo, que para combatir el neoliberalismo donde las multinacionales se apoderan del mundo lo que propone es que una élite se apodere de todos los recursos del estado, le argumentaba que lo que pedía era volver al siglo XVIII donde la aristocracia era dueña del estado y el estado dueño de todo. Ante todo ello no había de su parte ninguna reflexión, solo repetición de consignas... En fin, trate de razonar pero fue imposible, he allí su peligro.
El Miedo también ayudó mucho a la dictadura, todos esos miles de trabajadores que se dejaron imponer uniformes políticos, jefes que no sabían nada, que permitieron la politización bestial del espacio de trabajo, y que admitieron en silencio vejaciones a compañeros,.. Ese miedo a perder el trabajo, esa pasividad para aceptar el poder insolente de la dictadura aunque estaban en desacuerdo con ella, hundió nuestro país. Como decía el escritor irlandés Edmun Burke "Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada".
El Oportunismo Corrupto desde el comienzo fue parte del veneno que nos consumió, cuantos vivos hicieron pingües negocios con la dictadura a pesar que veían que llevarían el país a la ruina. Negocios llenos de corrupción que dejo en el camino miles de proyectos fracasados, inconclusos y a veces ni siquiera realizados. Muchos hoy son dizque de oposición, millonarios y en el extranjero. Muchos hoy millonarios "capitalistas" financistas de la dictadura, pagadores de lobby y propagadores de la mentira totalitaria a través de los medios de comunicación palangristas.
Del lado de la élite criminal que gobierna, obviamente esta El Mal, pero lo que más desprecio de ellos es El Cinismo, el como mienten, engañando al pueblo y al mundo, como ríen y bailan después de asesinar a cientos de muchachos, como hacen propaganda por el mundo con caradura y corazón de acero a pesar del desastre y el dolor que atraviesa el país. El último ejemplo de esto, es ese Bono 100% Escolaridad (22 Junio 2020) que propagan por el mundo como una noticia de su bondad para con el pueblo sin decir que su monto es de apenas 1,86 $US o 1,66 Euros, ni para dos cafés. Véase este descaro en el enlace:
Lamentablemente la maquina totalitaria hoy tiene dinero y tecnología (China), armas (Rusia) para comprar medios de comunicación en el mundo y un ejercito de estúpidos ansiosos de entregarle de nuevo el poder político y económico a los nuevos reyes y a la nueva aristocracia.
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