domingo, 29 de diciembre de 2019

El Señor de las Moscas y La Izquierda Totalitaria


Un nuevo comienzo, tal vez es el sueño que todos tenemos en un momento de la vida, un nuevo comienzo con una página en blanco, donde no hay manchas, ni vicios, ni decepciones, ni odios, ni bases mal construidas.

Un nuevo comienzo desde la inocencia, desde el  idealismo. Un poco es lo que inspiró a William Golding, para construir su genial novela El Señor de las Moscas de 1954.

Una novela fuerte y dura, que muestra su pesimismo sobre la condición humana. El Señor de las Moscas, es un nuevo comienzo que parte desde la inocencia, en una isla donde luego de un accidente solo quedan jóvenes púberes, que podrían construir una sociedad nueva sin los lunares, sin lo defectos, sin las injusticias, sin la violencia, ... de nuestras sociedades humanas.

Al final, el resultado de ese nuevo comienzo fue un infierno, y surgió el mal tal vez de una manera peor que antes, apoderandose de la nueva sociedad.

El germen del mal ya estaba en los jóvenes que creíamos páginas en blanco. Las pasiones, los vicios, la fé valedora de crímenes, la fuerza, la apatía y la sumisión ya estaban allí. El libro hay que leerlo, es un clásico fundamental.

Cuando empezó el proceso chavista, Venezuela venía pidiendo un cambio urgente. Orquestado de alguna manera por la burguesía parasitaria que apoyó sin cortapisas los dos intentos de golpes de estado militar que ejecutó el chavismo. De hecho Chavez gana las elecciones no por que había hecho un trabajo político excelso, sino por esa ansía de cambio que hubiese aceptado a cualquiera en la presidencia solo con la condición que estuviese alejado de lo que se veía como parte del estatus quo.

Ciertamente el ganar las elecciones como lo hizo, creo mucha expectativa, se esperaba un nuevo comienzo. La mayoría de la gente no veía pecados, solo una página en blanco.

La mayoría se olvidó de los golpes de estado, de los asesinatos de inocentes en esas intentonas, de los antecedentes corruptos  y autoritarios de los militares venezolanos.

La gente se imaginó como en el Señor de las Moscas un nuevo comienzo, pero al igual que en esa novela, el mal ya estaba en esos hombres que no eran páginas en blanco sino que estaban llenas de lodo y sucio, pero mostraban la cara limpia y no su lado oscuro.

Al igual qué en la novela el mal rápidamente se apoderó de las riendas, un mal profundo y cínico como nunca había visto en mis mas de 60 años de vida. Los Jacks: Chavez, Diosdado, Aristobulo, Jose Vicente Rangel, Tarek Saab, Fosforito,... rápidamente nos encauzarían a un sendero de represión, asesinatos, persecución, expulsión de millones, corrupción, saqueo, destrucción del trabajo, de empresas, del salario digno y de la dignidad del hombre, sepultaron al ciudadano y resucitaron al siervo.

Corrieron rápidamente a construir una sociedad de esclavos, de extrema desigualdad, militarizada, autoritaria, represiva y neo monárquica: un Totalitarismo de Izquierda.

Mirando atrás, estos 21 años de dictadura de izquierda totalitaria  el pesimismo se encubra con fuerza sobre la condición humana.

Cuesta comprender como el mal se puede apoderar de un país y hacerlo algo cotidiano y normal.

Cuesta comprender como el miedo a perder la estabilidad económica llego a la gente a perder todo por mantener un puesto de trabajo, que al final perdieron o se convirtió en obligación de esclavo de 6 $US mensuales.

Cuesta comprender como las élites de izquierda de países extranjeros avalaron y avalan una dictadura que reprime, mata y empobrece: La deriva reaccionaria de la izquierda mundial.

Al final de la novela, un barco llega antes de que se ejecute un crimen terrible. El Capitán abraza a un niño que corre desesperado, perseguido y condenado a muerte. La novela termina.

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