martes, 21 de febrero de 2012

El credo de Aquiles Nazoa

Somos hijos de la cultura occidental, alimentados por la cultura negra africana y por la cultura indígena de nuestra tierra. El credo de Aquiles Nazoa es un homenaje a lo hermoso, lo poético y lo solidario de la cultura occidental, en las que nos hemos criado, que nos ha alimentado con sus cuentos, sus novelas, sus poemas, sus pensamientos, su filosofía, sus películas, sus pinturas, sus esculturas, su música, sus tristezas y sus alegrías.

Un poema que hay que interpretarlo en esta época negra que vive Venezuela donde una Dictadura basada en una ideología falsa, asesina Venezolanos, destruye el país y convierte en infierno la vida cotidiana.

El arte, la literatura, la música, la poesía, la pintura, la escultura, en fin todas las artes se basan en la creatividad, la imaginación y la rebeldía. No hay arte en dictadura, solo silencio y loas al sistema. No hay novelas, ni cuentos, ni poesía, donde la libertad está secuestrada. El arte, las letras, la inspiración están donde hay libertad, todo eso que inspiró a Aquiles Nazoa pende de un hilo en ese pequeño lugar que queda al Norte del Sur de América, como dice la canción de Franco De Vita, donde un gobierno confunde revolución con dictadura, igualdad con servidumbre y socialismo con partidocracia. Toda Revolución Permanente es Dictadura Permanente. Necesitamos solidaridad y fuerza.

Abajo el bello poema de Aquiles.


Creo en Pablo Picasso,Todopoderoso,Creador del Cielo y de la Tierra;
creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,
que fué crucificado, muerto y sepultado por el tiempo ,
pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,
creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,
creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,
creo en la cualidad aérea del ser humano,
configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatíendose
como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;
creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente
debajo de la almohada de mi niñez;
creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,
yo que en las horas de mi angustia ví al conjuro de la Pavana de Fauré,
salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,
creo en Rainer María Rilken héroe de la lucha del hombre por la belleza,
que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,
creo en las flores que brotaron del cadaver adolescente de Ofelia,
creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;
creo en un barco esbelto y distantísimo
que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;
su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,
junto a sus cienes un resplandor de estrellas,
creo en el perro de Ulises,
en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,
en el loro de Robinson Crusoe,
creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,
el Beralfiro el caballo de Rolando,
y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,
creo en la amistad como el invento más bello del hombre,
creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y en fín,
creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.

Aquiles Nazoa

 
Por mi parte Creo en Pablo Picasso, pintor por excelencia en mi epoca de chamo. Recuerdo las láminas de su pintura "Les Demoiselles d'Avignon" en mi libro de artística. Recuerdo el Guernica como signo de la guerra civil española. Picasso, Dalí, Miro, nuestros Jesús Soto, Cruz Diez.



Quien no ha sonreido con las peripecias de Charlot en Luces de la Ciudad, el Gran Dictador, Tiempos Modernos.



En Luces de la Ciudad Chaplin usa la canción española La Violetera como tema musical, de allí el hijo de las violetas y de los ratones.




Aquiles, como hombre formado en el cristianismo católico, usa la figura de la resurrección de Cristo, asociándola  a Chaplin tal vez por los avatares que este sufrió. Perseguido y expulsado de USA, pero que resucita en cada película suya que contemplamos, y que lo ha convertido en un clásico fundamental del cine y de nuestra cultura.

Cuando dice "creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa" se refiere a los amoladores de cuchillos que iban por las calles de los pueblos y ciudades venezolanas ofreciendo sus servicios. Aún a principios de la década del 80 en la ciudad de Mérida todavía pasaba un amolador frente a la casa donde vivía, con su bicicleta, y su rueda, afilando cuchillos y fabricando estrellas.


No recuerdo a Isadora Duncan, bailarina estadounidense creadora de la danza moderna, pero Aquiles por su edad me imagino que la disfruto mucho. Yo tuve la suerte de ver a la cubana Alicia Alonzo y a nuestra Yolanda Moreno. Abajo una imagen y un video de un homenaje a la danza de Isadora Duncan.




Isadora Duncan, murió en Niza, Francia, a orillas del mar mediterráneo, por un descuido. Murió estrangulada por la larga bufanda que llevaba alrededor de su cuello, cuando esta se enredó en el caucho (la llanta) del automóvil en que viajaba, "abatiéndose como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo".


Las monedas de chocolates en la época en la que Aquiles era un niño, y también en mi infancia, eran una de las golosinas o chucherías, empacadas en oro, que más disfrutábamos; las guardabamos en el bolsillo, en el bulto escolar y debajo de la almohada.



La Pavana de Fauré es una composición del francés Gabriel Fauré, escrita en 1887. Originalmente era una pieza de piano, pero es más conocida en la versión de Fauré para orquesta y coro. El ritmo lento se inspira en la danza de la corte española del mismo nombre, la Pavana tiene flujos y reflujos de una serie de clímax de armónicas y melódicas, que evocan un lugar fresco, un poco inquietante, de Belle Époque y elegancia. Podemos oir la Pavana en este video, y es agradable seguir leyendo escuchandola de fondo:
 

El mito de Orfeo y Eurídice que cita Aquiles muy resumido es:

"La historia más conocida sobre Orfeo es la que se refiere a su esposa Eurídice que a veces es conocida como Agriope. Algunas versiones cuentan que mientras huía de Aristeo, u otras que mientras paseaba con Orfeo, fue mordida por una serpiente y murió. En las orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo (catábasis). Camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros, para los cuales usó su música, e hizo detenerse a los tormentos del inframundo (por primera y única vez). Llegado el momento, con su música ablandó también el corazón de Hades y Perséfone, los cuales permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición de que debía caminar delante de ella, y que no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice.



A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien. Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para verla; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire, y ahora para siempre."

Jean Maria Rilke es considerado uno de los poetas alemanes más importantes de la literatura universal. Sus obras fundamentales son las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo. En prosa destacan las Cartas a un Joven Poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Un extracto de su poesía:

" Rose, oh reiner Widerspruch, Lust,
Niemandes Schlaf zu sein unter soviel
Lidern.

Rosa, oh contradicción pura en el deleite
de ser el sueño de nadie bajo tantos
párpados. "


Aquiles poetisa la muerte de Rilke,  Mauricio Wiesentahl escribio "Rilke, feliz e ilusionado, bajó al jardín a cortar unas rosas. Recordaba los tiempos de Rusia, cuado Tolstoi se perfumaba acariciando las flores. Un pinchazo le hizo sangrar la mano izquierda. Al día siguiente la infección le llegaba hasta el codo...".  Poco despues moríria a causa de la infección y de la leucemia.
 
Menciona hermosamente a la Ofelia del Hamlet de Shakespeare. "La desdichada Ofelia de la tragedia Hamlet, prometida del atormentado príncipe Hamlet, se vuelve loca cuando éste, por confusión, mata a Polonio, chambelán de Hamlet y padre de Ofelia. En su desvarío, Ofelia vagabundea junto a un lago, recogiendo flores, y muere ahogándose en las fangosas aguas.


Luego Aquiles se explaya con su gusto a la mitología griega, menciona a su tocayo Aquiles y a Ulises. La Iliada y la Odisea.

"Cuando los reyes miedosos dejan solo a Aquiles en su disputa con Agamenón, Aquiles va a llorar a la orilla del mar, donde están desde hace diez años los barcos de los cien mil griegos que atacan a Troya: y la diosa Thetis sale a oírlo, como una bruma que se va levantando de las olas. Thetis sube al cielo, y Júpiter le promete, aunque se enoje Juno, que los troyanos vencerán a los griegos hasta que los reyes se arrepientan de la ofensa a Aquiles"



Menciona al poeta ingles del romanticismo Lord Byron, con su Don Juan inacabado y su vida tan romántica como su prosa. Se involucró en revoluciones de Italia y en Grecia solo por amor a la libertad, en donde murió de malaria en la ciudad de Missolonghi.



Del perro de Ulises de la Odisea recordamos:

"En casa le esperaba paciente su perro Argos, a quien Ulises había criado, aunque no pudo disfrutar de él, pues antes que el cachorro creciese el héroe tuvo que salir a guerrear. Al principio los jóvenes llevaban al perro a perseguir cabras montaraces, ciervos y liebres, pero ahora ya anciano, yacía olvidado entre el estiércol de mulos y vacas que los siervos amontonaban para abonar los campos. Allí dormitaba el perro Argos, lleno de pulgas, el día que Ulises por fin volvió a Itaca. Al advertir que Ulises se aproximaba, en halago agitó alegre la cola, y dejo caer ambas orejas, mas ya no pudo salir al encuentro de su amo. El fiel animal había aguardado a morir en el momento en que pudiese reconocer a su amo o quizás fue la emoción lo que acabó con su vida anciana. Entonces Ulises que le vio desde lejos, se enjugó una lágrima. Esa lágrima que el héroe vierte por su perro y el paro cardíaco que termina con la vida del animal impresiona sobremanera, son el paradigma del amor y la fidelidad que el perro nos profesa. Al final del viaje, Ulises recupera su sombra, esto es Argos. Y algo del antiguo Ulises se va definitivamente con la muerte de ese fiel compañero"

Luego, Aquiles sigue citando animales de novelas y cuentos, desde el loro de ese Robinson Crusoe de nuestra adolescencia del escritor inglés Daniel Defoe.


Sigue con Lewis Carrol y su matemáticamente loca Alicia en el País de las Maravillas con su gato Cheshire solo risas, que desaparece cuando le da la gana.


Y sí, los ratones de la Cenicienta, ese cuento infantil europeo que aún a nuestras hijas y nietas les encanta.


El caballo Beralfiro, creo que refiere al caballo de Rolando del Cantar de Roldan, la canción francesa de caballeria. En el libro "Antes de la Escena" de Laura Fischenich se dice que Rolando, participo en las cruzadas y cuando finalmente conquista los Pirineos y regresa a Francia, los resentidos musulmanes y vascos comienzan a perseguirlo arrojandole piedras. Entonces, Beralfiro salta desde un peñasco y muere. Rolando tuvo que caminar kilometros y kilometros, para llegar finalmente a salvo.

Martin Tinajero fue un explorador español cuya muerte mientras buscaba El Dorado, considerada en su época como un milagro, dio lugar a varias leyendas. Las abejas que menciona Aquiles vienen de esa milagrosa muerte

"Proseguía con ella el Capitan Martínez su derrota, con el orden que llevaba, caminando por lo alto de la serranía, con mas falta que abundancia de comidas, con que desde luego fueron experimentando mil aflicciones. A pocas leguas de como entraron en esta tierra doblada, sucedió un notable caso, y digno de que no se nos quede en el tintero. Entre los soldados que seguían al Capitan Martínez, era uno llamado Martín Tinajero, natural de la ciudad de Ecija, en el Andalucia, hombre que al parecer de todos vivía muy a lo cristiano, sin ofensa de nadie, y por consiguiente amigo de todos; fue necesario que un caudillo, llamado Hernando Montero, se apartase de buscar comidas, por la necesidad que llevaban, con hasta veinte compañeros, entre quienes iba este Martín Tinajero, al cual (en esta misma salida) aquejo tanto cierta enfermedad que tenia, a que ayudaban también las necesidades comunes a todos sus compañeros, que al fin lo tuvieron sus días. Enterrandolo sus compañeros en un hoyo que parecía haber hecho el agua de una rambla en tiempo de invierno, que por aquella tierra no hay otra mas que la que se detiene en estos hoyos. A este tiempo (de que puedo ser testigo, pues en mas de cuarenta leguas caminando por aquel país no la pude hallar mas que en dos partes) dejaron en esta que he dicho, enterrado el cuerpo, y con la comida que pudieron recoger, tomaron la vuelta del campo, que como caminaba poco por ir esperando a Nicolas de Fedreman, se detuvo algunos días en aquella comarca. Sucedió que después de algunos que habían enterrado el cuerpo de este hombre, se ofreció volver otra tropa y en ella algunos soldados de los que lo habían enterrado por aquel mismo paraje, y queriendo por curiosidad y por ver si los indios habían dado con el y lo habían desenterrado, llegar al sitio donde lo habían dejado ; mas de cincuenta pasos antes que llegaran a el, les vino un olor tan peregrine, suave, agradable y vivo, que quedaron como fuera de si, admirados, mirándose unos a otros, y preguntándose qué seria aquello, alargaron los ojos a la parte de la sepultura, y vieron que estaba el cuerpo de Tinajero algo descubierto, y que de el salia aquella suavidad de olor. No osaron llegar mas que hasta donde lo pudieron ver y enterarse que era el, porque estaba cubierto de un enjambre de abejas, de que hay muchas en aquella tierra, que hacen su miel en los huecos de los troncos."

Como vemos este poema denota toda una aventura en vida a través de las páginas de los libros, de la contemplación del arte, de solazarse con la música. En fin toda una aventura en nuestra cultura occidental
 
Venancio Loval

11 comentarios:

  1. Sus comentarios del poema son muy bellos y útiles. Me gustaría pedir su permiso de usarlos en mi clase de español en los EEUU. Revisaré de nuevo aquí para su respuesta. - gracias, James Brown

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    1. Es un placer que le sea útil lo que escribo de un poema que resume mucho de arte, literatura, musica y leyendas de la cultura occidental vista y sentida por un poeta Venezolano. Tiene todo el permiso y las gracias por leer el blog.

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  2. Muchísimas gracias. Su blog es un tesoro. Por favor, siga escribiendo. - jb

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  3. Extraordinario Aquiles el nuestro también inmortal.
    Gracias

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  4. Que hermosa la manera en que comenta la obra de Aquiles Nazoa

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  5. Que hermosa la manera en que comenta la obra de Aquiles Nazoa

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  6. Maravilloso y sobre todo leerlo con la pavana de Fauré de fondo. Mágico

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    1. Así es, la música y la lectura van de la mano. La Violetera y luego La Pavana de Fauré le dan mayor placer a la lectura.

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  7. Muy bueno e interesante. Por casualidad sabe cuál es el barco esbelto y distantisimo que sale al encuentro de la aurora? me causa curiosidad esa línea. Muchas gracias.

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    1. Cuando escribi este ensayo creí que hacia referencia poetica a la salida Lord Byron en 1823 desde Genova, Italia en el "Barco Hércules, un buque de 120 toneladas “panzudo, corto de proa y por supuesto poco ligero”, que les llevó a Cefalonia" Grecia para luchar por su libertad del poder opresor Turco, esa Grecia inspiradora de tantos poetas. Los tiempos de Aquliles Nazoa pueden amoldarse a esta conjetura pero con una diferencia de unos cuantos años con respecto al siglo.

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