De pequeño oía en mi casa música clásica ya que mi hermano mayor
era fanático de ella. Jugaba metras oyendo a Von Karajan. Me entusiasmaba con
las olimpiadas viendo esos records de los deportistas soviéticos y del bloque
oriental europeo que se imponían a los occidentales. El ballet ruso, la
exploración espacial ayudaban a mostrar una URSS potente, y a ocultar una
realidad de falta de libertades, de terrible represión e ineficacia de una dictadura
totalitaria. Pero era un mundo lento, pre internet donde la información era más
fácil de controlar, y donde la mentira sustituía la verdad de manera eficiente.
La falta de ética es un mal habitual en los hombres más aún en los que se creen especiales. Me decía mi padre una cosa es ser honesto sin manejar un céntimo, otra cosa es serlo manejando millones. De modo que a los hombres les puede tocar en algún tramo de su vida enfrentar encrucijadas que definen quienes son realmente. Como decía Camus siguiendo a Nietzsche "Que difícil es llegar a ser lo que somos".
La falta de ética es un mal habitual en los hombres más aún en los que se creen especiales. Me decía mi padre una cosa es ser honesto sin manejar un céntimo, otra cosa es serlo manejando millones. De modo que a los hombres les puede tocar en algún tramo de su vida enfrentar encrucijadas que definen quienes son realmente. Como decía Camus siguiendo a Nietzsche "Que difícil es llegar a ser lo que somos".
El Totalitarismo como estrategia financia arte,
deporte y terror. Nos muestran el arte, los oros deportivos y nos ocultan el
terror. La música, el ballet, el deporte han sido efectivos para ocultar
terrores.
Hay algunos que cierran los ojos y celebran el arte, se extasían
con las medallas de oro y los records mundiales, no quieren pensar en el
terror. Son como aquellos que disfrutan el zapato deportivo pero les abruma que
le hablen de los niños que los fabrican. El hombre tiene más de salvaje que de
cordero decía Hobbes, y al parecer más de hipócrita que de sincero.
El Totalitarismo que es el régimen de la Mentira y la
Hipocresía, es un ambiente donde se vive inmerso en un chantaje continuo, donde
hay que morderse la lengua muchas veces, donde hay que portar caretas para
evitar la persecución y el cerco económico. Ese ambiente no de virtudes sino de
vicios pone a los hombres frente a las encrucijadas de las que hablamos.
Los artistas y los deportistas tienen que optar entre avalar una
dictadura que llena de pobreza, represión y atraso a su país a cambio de
cierto poder en el estado totalitario, cierta impunidad para depredar algo en
el saqueo a que se somete su país. La otra opción es enfrentarlo, dejando clara una posición crítica
e independiente. Claro está que esa posición implica ser execrado del poder y pasar
a ser perseguidos y condenados. Como decía Ayn Rand "La honradez se convierte en un auto sacrificio".
Históricamente hay varios casos. En la URSS el cineasta soviético Sergei Eisenstein famoso
por su película "El Acorazado de Potenkin", un clásico del cine, siendo partidario
del socialismo soviético vivió en carne propia el costo de tener independencia
de criterio. Tuvo que cambiar el guión de su película "Octubre" porque Trotsky fue expulsado del Partido Comunista, y fue obligado a omitir
cualquier referencia a él, en esa película que era sobre la Revolución Rusa donde
Trotsky y Lenín fueron las figuras fundamentales. La rebeldía de Eisenstein la pago con
bloqueos, vetos y diversos obstáculos para filmar en la Unión Soviética.
El mítico director de orquesta alemán, Wilhelm Furtwangler permaneció
en Alemania durante los años más duros de la II Guerra Mundial. Furtwängler,
defendía su participación que de alguna manera avalaba al régimen nazista planteando
que el arte y la música en particular, tienen poderes místicos que
responden a las necesidades espirituales del hombre, que hay que separar arte de
política. Se disculpaba, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, explicando
que a través de la música que hacía en Alemania se podía preservar la libertad,
la humanidad, y la justicia. Sin embargo confesó, que había sido muy
ingenuo. Pero aun así repetía que el arte y la política tendrían que
estar separados.
El director alemán que a pesar de haber dimitido como director
de la Opera del Estado de Berlín en el año 1934, después de que Hermann Goering
prohibiera la representación de la opera "Matías el Pintor" de
Hindemith, y de haber protegido a muchos músicos judíos, nunca osó romper del
todo con el régimen nazi.
El problema no es aceptar la separación entre arte, y agrego yo
deporte, con la política. Una pieza musical, una danza excelsa, un desempeño
deportivo extraordinario son lo que son en su esfera. Pero esos hombres que
logran cosas especiales son referencia ante los ciudadanos y ante el mundo. Es
la actitud de esos hombres especiales y a veces nada especiales ante una
situación política llena de autoritarismo, de represión y de empobrecimiento
del pueblo lo que es reprobable. Cuando Furtwangler dirigía la orquesta filarmónica para
Hitler y la élite nazista, además de hacer música estaba avalando a quienes
avasallaban a su pueblo y llenaban de muerte a Europa. A la vez, estaba ganando
ciertos favores que no se piden pero se reciben, y cierta seguridad que los
otros no tenían. Pudo optar por la música y por una posición DIGNA que
favoreciera a su pueblo, pero eso tenía un costo que no quería pagar.
Otros sí lo hicieron y pagaron su costo. Uno muy especial: Albert
Einstein, quien en una frase ya histórica dice mucho acerca de la ética y la rebeldía que deberían tener los hombres ante la maldad. Su frase:
"El mundo no está en peligro por las
malas personas sino por aquellas que permiten la maldad. "
En Venezuela, hay varios hombres y
mujeres, del mundo del arte y el deporte, que en estos tiempos aciagos para
este país golpeado, abusado, expoliado, reprimido y empobrecido; ante la
encrucijada de la vida ya han tomado partido a favor del oprobio, de la
dictadura, de la represión, del empobrecimiento.
Gustavo Dudamel, un hombre especial
en cuanto a la dirección de orquestas filarmónicas opto por apoyar el régimen
de oprobio que hoy vivimos. Pero a diferencia de Furtwangler no se quedó en el
país sino que vive y hace música en el odiado capitalismo que combate el
régimen que apoya. Peor aún en 2014 mientras eran asesinados decenas de jóvenes
venezolanos por el régimen y sus paramilitares, Dudamel dirigía un concierto
netamente político. Ni una sola palabra de condena en el momento
apropiado, la ética de los miserables. En el futuro alguna disculpa utilizará
para justificar su posición. Abajo un dibujo crítico con la actitud de Dudamel
de la pianista Venezolana Gabriela Montero.
Pastor Maldonado, no tan especial como Dudamel, un corredor de Fórmula
1, el deporte más elitista y capitalista de la história, financiado por
PDVSA usando millones de dólares que podían servir para educación y salud. A
través de influencias, clientelismo y nepotismo logró un financiamiento
inmoral.
Alejandra Benítez, ex ministra de deportes, diputada o
exdiputada, golpeada por el escándalo de los viáticos millonarios en dólares,
se presenta en las olimpiadas de Río con los ojos de Chávez en su pecho. Los
ojos de Chávez junto a la consigna Patria, Socialismo o Muerte, son lo más
fascista del régimen chavista. Ojos que parecieran que te espían para castigarte y controlarte si te desvias de lo que ellos quieren, ojos castradores de libertad y de libre albedrío, esos ojos que recuerdan al Gran Hermano de la
novela 1984 de Orwell, es lo que luce con orgullo esta deportista, que siempre
luce muy elegante, muy bien vestida, en una vida social más parecida a la de
una capitalista salvaje que a la de una revolucionaria frugal y humilde. Ante el hoy
del hambre y represión que vive el venezolano, ella brinda su apoyo
acrítico, y se hace cómplice del desastre. Medallas ha conseguido, pero no en
ética y responsabilidad para con sus compatriotas.
Rubén Limardo, nuestro ya ex campeón olímpico de esgrima,
diputado del PSUV, viviendo en Europa, me recuerda mucho a Silvio Rodríguez el
cantante cubano, que comentaba que había sido elegido diputado, y él no lo sabía
y que la noticia le cayó por sorpresa. Pareciera que para este deportista el
camino más fácil es apoyar al poder, cerrar los ojos, y aceptar todos los
favores que el poder da como recompensa. Una actitud de poca ética y poca
dignidad.
En fin, en un país sometido a un régimen perverso como el chavista,
que se dedica a saquear el país, que favorece el chantaje, el nepotismo, la corrupción,
la represión, que empobrece el país y saca lo peor del venezolano. Estos
artistas, estos deportistas, y los que se van lamentablemente agregando, en la encrucijada que les enfrento la vida optaron
por la sombra y los favores del poder y son cómplices de la maldad del régimen.
La historia ya registro su posición, y no se pueden quejar si la mayoría de los
venezolanos en lugar de aplaudir sus logros artísticos o deportivos repudian su
presencia.
Venancio Loval
Venancio Loval
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