El socialismo democrático básicamente busca una sociedad donde este en armonía
la libertad del hombre con la justicia social y la igualdad de oportunidades.
Nada de eso ofrece el chavismo sino lo contrario. Por esta razón los
socialistas venezolanos no deben votar en el próximo proceso electoral por el régimen
chavista.
Justicia Social refiere brindarle una excelente educación a toda la población,
una educación brindada por toda la sociedad a su pueblo. También implica la solución
del problema de salud, por tanto al igual que en los países europeos una
atención medica de calidad debe ser brindada por la sociedad a todos sus
integrantes. Esto en criollo indica una Educación pública de Calidad y una Salud
publica de excelencia. Ninguna de las dos cosas las ha alcanzado ni las
alcanzará este gobierno.
En este régimen el componente de igualdad de oportunidades (en este estado
partidizado, nepotista y corrupto) desaparece. Ciertamente los venezolanos que
quieren obtener un trabajo tienen que hipotecar sus ideas, y aunque lo detesten
deben inscribirse en eso que llaman el Frente Francisco de Miranda o algo similar,
deben participar en el PSUV y acoplarse a alguno de los grupos de oportunistas que
lo constituyen y que como garrapatas
hambrientas se pegan al cuerpo de esta pobre Venezuela para exprimirle su
sangre. !NO! Aquí no hay igualdad de oportunidades, por eso a través de estos
largos 14 años gentes improductivas chavistas y exchavistas, ahora son
millonarios en dólares; recordemos al hombre
de los tanqueros, al taxista bancario, al general del eructo, al expresidente
del tribunal de justicia que el fue el primero en pedir la reelección
indefinida, al encuestador pervertido. !No! definitivamente no hay igualdad de
oportunidades.
El problema de la igualdad de oportunidades tiene que ver con la libertad,
cuando un grupo como el chavista cree que tiene toda la verdad en sus manos, y
todos los que no la comparten, como decía BUSH son agentes del demonio, están
excluidos, y cualquier oportunista o burócrata del gobierno puede actuar para
destruirlo. Ni siquiera grandes genios pueden prosperar en este tipo de regimenes.
Es bueno leer la biografía del cineasta ruso Sergei Eisenstein, a quien la
intolerancia del régimen Soviético le anulo todo su esfuerzo en hacer un cine
de calidad y le bloqueo sus trabajos hasta su muerte, y a quien también la
intolerancia de los anticomunistas americanos lo persiguió en su breve estadía
por esas tierras.
Cuando un régimen cree lo que cree el régimen chavista, y convierte al
estado en una herramienta de su partido para perpetuarse y perseguir a los que
opinan diferente, se asegura la desigualdad de las oportunidades, y se sepultan
la creatividad y la imaginación. De allí la aridez de las artes soviéticas,
cubanas y similares. De allí el poco entusiasmo para el trabajo.
Con seguridad poco a poco el pueblo se empezará a dar cuenta de que el líder
y sus secuaces se reúnen y comparten cada vez mas con cineastas, con cantantes de
pop rebelde, con escritores, etc., todos
antisistemas, anticapitalistas de palabra pero no en su naturaleza, toman alcohol,
comen comida especial, se toman la fotografía que saldrá en los diarios,
mientras que la pobre mujer de ese país atrapado tiene que prostituirse con
turistas para llevar al menos una alegría en forma de comida, de ropas, de un
chocolate importado a sus hijos que viven en la pobreza revolucionaria.
El régimen condena la hegemonía comunicacional de los medios privados y
crea una hegemonía comunicacional del estado, una hegemonía que taladra nuestras
conciencias con una misma consigna, ¡COCACOLA QUITA LA SED! COCACOLA QUITA LA SED! ………¡CON CHAVEZ MANDA EL
PUEBLO! ¡CON CHAVEZ MANDA EL PUEBLO! . Pero como es bien sabido, si nos
sentamos a analizar, ni Cocacola quita la sed ni con Chávez manda el pueblo.
Cuando un hombre normal, que piensa según su pasado, según su historia y convicciones, se presenta en una empresa del estado para hacer una presentación de los productos y servicios que ofrece, es algo triste, desagradable tener que aceptar que en una empresa de todos los venezolanos el refresca pantallas de la PC de la presentación sea un loas a Chávez Nuestro de Cada Día, y que el caminar por esos espacios hipotecados por mentes adulantes que los han convertido en ofensas visuales, donde el rojo y la imagen del comandante, con ese extremo culto a la personalidad que imperara te persigue desde la entrada a la salida. Esto en socialismo, en democracia no puede ser. Esto es abuso, irrespeto y corrupción; peor aún un mecanismo de perversión del pueblo, al que se obliga a bajar la cerviz, a dejar de lado sus ideas para ganar un negocio o conservar un trabajo.
Cuando se discutía sobre la naturaleza del Partido Obrero Socialdemócrata
de Rusia, que finalmente condujo a la división entre Mencheviques y Bolcheviques,
la posición bolchevique respecto a quienes eran los militantes del partido conduciría
inevitablemente a un partido autoritario y burocrático y llevaría con el tiempo
al horror estalinista. Hoy los Socialistas Venezolanos estamos en la misma
situación, apoyar el régimen chavista es apoyar un régimen autoritario que
matara la libertad, la alegría y la creatividad del pueblo venezolano. En aquella época muchos no previeron lo que
pasara, la historia de este tipo de regimenes estaba naciendo, muchos pagarían
con su vida y la de los suyos este error, cuando el tabú del asesinato de
excompañeros revolucionarios cesara.
Ahora sabemos con seguridad los que nos deparara ese futuro chavista, seria
irresponsable evadir nuestra responsabilidad de frenar por todos los medios la
permanencia de este régimen autoritario.
Venancio Loval
Venancio Loval
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